jueves, 23 de abril de 2009

Ian

Ian era un irlandés típico, su pelo rojo brillante y esa mirada perdida en las brumas del whisky siempre habían divertido a los vecinos de la pequeña población costera.

Un buen día, uno de sus vecinos le contrató para arrancar las hierbas y acondicionar unas ruinas celtas que se encontraban en su propiedad. Tras unos meses preparando el terreno se abrió la colina a las visitas de grupos guiados.

La idea de que los restos del antiguo templo del dios de la guerra celta pasaran a ser otro punto en el recorrido de los turistas atormentaba la conciencia de Ian, pero necesitaba el trabajo y era tan descansado.

Los flashes de las cámaras se introdujeron en todos los secretos del templo, nada ni las habitaciones más consagradas quedaron a salvo de semejante asalto. Noche tras noche, Ian recorría sala tras sala su adorado templo recogiendo colillas, pipas y otros restos que los turistas abandonaban sin respeto alguno por el sagrado lugar que visitaban. Finalmente, ayer los invasores traspasaron todas las líneas, mientras recogía sus restos, una maldición brotó de sus labios al encontrar un condón usado en una de las habitaciones consagradas.

Hace dos horas que ha amanecido, Ian ha pintado su rostro con ceniza blanca y sus ojos siguen brillando con la misma ira que anoche; un par de hachas afiladas parecen una prolongación de sus musculosos brazos y sus pies descalzos muestran el respeto que todo seguidor debe tener a su dios. Un grupo de japoneses se acercan sonrientes, ellos aún no lo saben, pero servirán para volver a consagrar el templo…


Ilustración: Nogales

Texto: Javier Sosa Garduño

5 comentarios:

Ángel Vela dijo...

Muy chulo es dibujo y la historia de nuestro Sharly no se queda atras. Haber si salen más cosillas de estas compartidas ;)

Ángel Vela dijo...

Po cierto te maqueté bien el texto ;)

Nogales dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Nogales dijo...

Gracias de nuevo Tibu y haber cuando me pongo con algo que no sean tiras cómicas y demás.

Ya nos vemos, y lo del comentario suprimido es uno mío, lo que pasó es que cuando ya lo tenia escrito y fui a publicarlo, comencé a escribir mi dirección de correo y todo lo demás y dije una vez publicado: ¿que mierda ha pasado? y lo suprimí. Así pues lo que debería haber sido un comentario corto y cordial se está convirtiendo en una pesadilla de la que no puedo salir, ni dejar de escribir, me duele la cabeza, empiezo a tener la visión borrosa, hay vómitos en mi teclado y creo que son míos porque me quema la garganta...
¡¡¡YA BASTAAAAAAA!!!

MesseH dijo...

Un diseño brutal XD. Me mola tu estilo y aunque no tiene nada que ver, no se porqué me recuerda a los piratas de Oscar Martin