
jueves, 30 de abril de 2009
Fermín asustado.

jueves, 23 de abril de 2009
Ian

Un buen día, uno de sus vecinos le contrató para arrancar las hierbas y acondicionar unas ruinas celtas que se encontraban en su propiedad. Tras unos meses preparando el terreno se abrió la colina a las visitas de grupos guiados.
La idea de que los restos del antiguo templo del dios de la guerra celta pasaran a ser otro punto en el recorrido de los turistas atormentaba la conciencia de Ian, pero necesitaba el trabajo y era tan descansado.
Los flashes de las cámaras se introdujeron en todos los secretos del templo, nada ni las habitaciones más consagradas quedaron a salvo de semejante asalto. Noche tras noche, Ian recorría sala tras sala su adorado templo recogiendo colillas, pipas y otros restos que los turistas abandonaban sin respeto alguno por el sagrado lugar que visitaban. Finalmente, ayer los invasores traspasaron todas las líneas, mientras recogía sus restos, una maldición brotó de sus labios al encontrar un condón usado en una de las habitaciones consagradas.
Hace dos horas que ha amanecido, Ian ha pintado su rostro con ceniza blanca y sus ojos siguen brillando con la misma ira que anoche; un par de hachas afiladas parecen una prolongación de sus musculosos brazos y sus pies descalzos muestran el respeto que todo seguidor debe tener a su dios. Un grupo de japoneses se acercan sonrientes, ellos aún no lo saben, pero servirán para volver a consagrar el templo…
Ilustración: Nogales
Texto: Javier Sosa Garduño
sábado, 11 de abril de 2009
Bocetos
